domingo, 3 de marzo de 2013

Sabor a sol



Un lugar donde vivir. Ciuco Gutierrez

Le quitó la camiseta de tirantes, la olió en su crema de sol, le pasó la lengua por los rincones de sabor a piscina como quien decide pasar unas horas en la playa. Hubo un momento en que el disco calló. Él seguía lamiendo centímetro a centímetro su vientre, sus muslos, su coño y ella sintió que de nuevo estaba en el fondo de la piscina y otra vez movió el cuerpo para nadar, para sentirse libre, mujer pez, bajo la lengua húmeda de Iñaki. Nunca la había amado con tanta lentitud, así que cuando la penetró tuvo la sensación de que tendría que moverse más para que el líquido de esa piscina la llenase hasta arriba.

(La fragilidad de las panteras, María Tena)



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